Presentación del libro-día del libro 2021

El 23 de abril de 2021, Día Internacional del Libro, tuve la anhelada experiencia de compartir con San Juan de la Rambla el proyecto de Las aventuras de Sebastián. Fue un acto entrañable, con un público exacto, los que la pandemia permitió. Sin embargo, el municipio estuvo cariñosamente representado por don Tomás Oramas, concejal de Cultura, el teniente de alcalde don Juan Ramos y la edil doña Gloria Méndez.

Mi amigo, Pedro Gómez Barreto, condujo el acto con la ágil dinámica de toda su experiencia en el ámbito del protocolo, hilvanando con pulcritud cada momento y haciéndome llegar el cariño sincero con el que se organizó el evento.

Tengo que dejar constancia explícita de mi eterna gratitud y compartir con todo el municipio estas obras que concebí para devolver el favor al pueblo que me vio crecer. Me centré en ello. Entre los invitados estaban los «culpables» de la existencia de Las aventuras de Sebastián. Desde la madre que tanto insistió, hasta el doctor Ivanevsky, artífice de las maravillosas ilustraciones, pasando por los amigos de la infancia, cómplices de las aventuras; mis maestros, didactas inspiradores, abnegados y pacientes. Y la villa, como la suma de sus pobladores, representada por las autoridades (también tuvo parte de la «culpa»).

Hace un año, cuando empecé a teclear las primeras palabras del relato, se me hacía imposible pensar que no podría presentar la obra en San Juan de la Rambla: mostrarla a los cómplices, a los culpables, a los ciudadanos. En definitiva, a los testigos de nuestra formación e integración en la sociedad como ciudadanos «con fundamento» (como dirían nuestros padres). Crecimos protegidos por los vecinos, por su instinto natural de grupo. Los niños, que jugábamos ajenos a los peligros del mundo, podíamos hacerlo, preservados por los ojos atentos de los vecinos. Y en ese refugio nos convertimos en hombres y mujeres.

En el recorrido nace Las aventuras de Sebastián: las peripecias y ocurrencias ingenuas y creativas de los muchachos de la calle Malaya.

Es ficción, cierto, pero el espíritu de aquella etapa de nuestras vidas vaga por sus páginas, en cada anécdota e incidente.

Quise empezar por el final. Por el último y tenaz trabajo del magnífico ilustrador, que puso broche de oro al texto. El doctor Ivanevsky estuvo presente de manera virtual. También nombré a Juan Antonio (Mestura Estudio), responsable del diseño de portada y contraportada, a Mª Carmen Gallot (Estilográficas Corrección), exigente profesional y encargada de hacer un minucioso repaso del estilo y corrección ortotipográfica. Cité a la imprenta Grafiexpress, que siempre ha encontrado un hueco cuando he necesitado ejemplares con urgencia…

Como puedes ver, un libro no nace solo. Hay un equipo detrás. He tenido la suerte de haberme rodeado por manos profesionales y expertas para dar más lustre a un proyecto que representa al pueblo de San Juan de la Rambla, al menos a un momento histórico relevante para mi y para los que convivieron conmigo.

Mis hermanos-músicos estuvieron allí, pacientes. Un cuarteto que interpretó brillantes obras clásicas, perfectas para la ocasión. Mi gratitud va para ellos también, para Marinieves y para Damián, que representan a todos los demás: mis hermanos-músicos, repito. Porque era necesario que estuvieran, imprescindible, diría yo. Las bandas de música no podían faltar en Las aventuras de Sebastián; dentro de su seno crecí y dentro de su seno también aprendí un código «secreto» y universal: ¡el único lenguaje escrito con el que toda la humanidad puede comunicarse! ¿Cómo podían faltar?

El resto, o sea, comentar el contenido de los libros, no es necesario. Quedarán como un legado más para su consulta cuando las generaciones futuras quieran evocar el San Juan de la Rambla de los años 70 y 80, del siglo XX. Un granito de arena para sumar a la rica historia de este municipio, y desde un punto de vista distinto: la ficción.

Recibí el dibujo de un pedacito de mi pueblo, obra original y certificada del artista canario Leonardo Izquierdo y un bolígrafo con el nombre de mi villa impreso. Objetos que conservaré con orgullo y que evocarán este encuentro, sin duda.

Muchísimas gracias.

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