Creación del personaje 2

Atrapada en el tiempo
Cubierta de Atrapada en el tiempo

En la última publicación del 1 de febrero abordé algunas cuestiones acerca de la creación del personaje y qué consecuencias tiene su buena hechura. De ello puede depender que  trascienda a su propio creador incluso.

Para mi segunda novela corta, Atrapada en el tiempo, di a luz a Alba, una adolescente que de manera involuntaria y arbitraria despierta el mismo día, un lunes a principios del curso escolar.

Quería empujarla a una transformación de su visión del mundo para que apreciara el lado positivo de la vida que le esperaba.

Al inicio de la historia, Alba elige actitudes moralmente reprobables por acciones impulsivas. Por otra parte, la personalidad introvertida de la joven hace que se sienta inferior e incapaz de expresar sus sentimientos amorosos. Por si fuera poco, le añadí algunos obstáculos en su vida familiar. Con este cóctel pretendía que el personaje sintiera una presión que la empujara a realizar cambios para comprender cómo podía modificar «los detalles» de su vida. Pequeñas transformaciones, que, sumadas, la llevarían a otra percepción de su propia realidad.

El tiempo la encerró en una espiral rutinaria por la que la protagonista debía moverse para evolucionar. La elección consciente de una u otra acción tienen repercusiones en su historia y además, debe abordar consecuencias inesperadas que la obligan a hacer nuevas elecciones, lo que a la vez la conducen a nuevas consecuencias.

En definitiva, nuestros personajes tienen que tener tintes de realismo, acciones y consecuencias, toma de decisiones y nuevas consecuencias, conflictos y una resolución final.

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